Ser una persona Libre, puesto que la solicitud de iniciación a la Masonería ha de ser consecuencia de la innata libertad individual, lejos de toda presión, influencia o circunstancia que coarte dicha libertad.
Ser una persona de Buenas Costumbres, es decir, ha de ser una persona digna de confianza, honrada en su forma de trabajar y de buena reputación.
Tener veintiún años o más, en caso de ser hijo de Masón dieciocho años o más.
Creer en un Principio Superior o Causa Primera de todo lo creado, al que se denomina comúnmente como Dios, y que los masones, respetando siempre la libertad del individuo ante cualquier creencia particular, denominan como Gran Arquitecto del Universo.
Una vez llenada la solicitud de iniciación. La solicitud es leída durante una Tenida de la Logia ante todos los miembros de la misma, con el fin de que alguno pueda aportar información adicional. Posteriormente, será entrevistado por miembros de la Logia que no mantengan ningún tipo de relación con el candidato, los cuales emitirán informes por separado.
Finalmente, una vez obtenidas las votaciones favorables, el candidato estará en condiciones de ser iniciado.